A lo largo de mi vida los ejemplos gráficos que recibí o leí en relación a los semáforos, me quedaron muy grabados ( la verdad no sé por qué).
Para ser preciso fueron tres, y en diferentes momentos.
El primero, recuerdo en la escuela secundaria, la profesora había solicitado una tarea que muy pocos habían llevado. La cuenta era lógica, los que no la llevaron mala nota, y los que sí buena nota y felicitaciones.
Eso no ocurrió.
Los que incumplieron recibieron lo correspondiente ( no recuerdo si una sanción o nota negativa). Los buenos alumnos, los cumplidores, esperaban su 10, felicitaciones o algún tipo de recompensa , a lo que la profe de Lengua respondió:
“ Era su deber hacerlo, no les corresponde nota o felicitaciones, al igual que cuando pasas un semáforo en verde, nadie te va a felicitar por ello, es simplemente lo que tienes que hacer, son las reglas, en cambio, si lo pasas en rojo recibirás una sanción”
Nota positiva para nadie, y el semáforo lo explico todo. Fue convincente.
El segundo, apareció en la facultad, mientras cursaba Derecho Público, unos de los tantos autores que leí, utilizaba el semáforo para graficar la importancia del Estado en una sociedad capitalista o neoliberal, como regulador.
Interesante analogía.
Estos dos ejemplos los recuerdo, fueron una buena imagen para aprender, pero el que sigue a continuación marcó el camino.
Terminé la carrera universitaria. Trabajaba en una empresa hacia algunos años, y también tenía proyectos y sueños.
Y entre los libros que leía en mis tiempos libres, se presentó nuevamente, de manera reveladora, y me llevó a una reflexión profunda.
A partir de ahí, el semáforo está siempre presente en mis días.
Lo quiero compartir contigo, va a ser un recordatorio importante, si estás por emprender, o ya lo has hecho y batallas día a día.
El autor ( disculpas, no recuerdo su nombre), utilizaba el semáforo para ejemplificar la importancia de accionar, comenzar, emprender.
Este preguntaba, si al salir cada mañana en el auto, esperabamos que todos lo semáforos estuvieran en verde, o simplemente salíamos a la calle.
La respuesta era obvia.
Si esperamos que todos los semáforos estén en verde, es imposible, no ocurre.
Esto personalmente me impactó.
Llegó en un momento justo de mi vida.
Y de ahí lo tengo presente ante cada paso importante que tengo que dar, o cuando noto que postergo decisiones por diferentes motivos.
Cada vez que estoy en búsqueda de la “mejor situación” para hacer o comenzar algo, recuerdo que los semáforos no estarán en verde al mismo tiempo, y acciono!
Ten en cuenta esto:
Si esperas que todos los “astros estén alineados”, no comenzarás jamás.
Si esperas el “ideal” de las situaciones para decidir, no decidirás nunca.
Si esperas que todos los semáforos estén en verde, vivirás en la cochera.
Comienza ese proyecto, dá el primer paso de esa idea, avanza, no te detengas.
Enfrenta los semáforos día a día. Unos estarán en verde, otros en rojo. En algunas calles no habrá.
Arriesga, emprende, lánzate por tu sueño.
Hazlo pronto, pon el auto en movimiento.
Sal de la cochera, las cosas extraordinarias están afuera de esta.
Avanza día a día, y disfruta el viaje!
Analiza tu idea, proyecto, y cuando dudes, recuerda el semáforo. Comparte tu opinión si lo deseas.
Si te parece útil para un amigo, familiar, contacto de trabajo, compártelo!
Si crece tu círculo, creces tú.
Lidera tu camino al éxito!
Muchas gracias! Te veo pronto!
Excelente metáfora!!!
Gracias por compartirla!!!
Gabriel! Muchas gracias por tus palabras! Me pareció útil e importante compartirla! Compartimos! Saludos!!
Si que me sirve en este momento! Gracias.
Gisela! Me alegro mucho que te sea útil! A largarse!! Éxitos en este 2019!!